Historia como la que estamos por compartirte demuestran que sí y nos hacen ver que este sentimiento va más allá de la razón.
Billie y Jimmy
Breland son una pareja que vivió en Mississippi, Estados Unidos toda su
vida. Ella había sido maestra de primaria y él, ministro religioso, por
lo que su relación siempre estuvo llena de paz y detalles, Billie amaba
esconderle notitas de amor a Jimmy en su almuerzo, en la ropa, en su
oficina, la idea era recordarle de manera espontánea cuánto lo amaba.
Pasaron 60 años
casados y desde que se vieron por primera vez se enamoraron. Producto de
ese matrimonio nacieron tres hijos y años después llegaron los nietos,
podría decirse que tenían todo para ser felices y estaban muy
conscientes de ello, lo malo es que esa dicha no podía ser eterna.
Semanas después de
celebrar su 60 aniversario de matrimonio, Billie enfermó. Su salud se
deterioraba rápidamente y llegó al punto en que debió permanecer en el
hospital hasta el fin de sus días. Jimmy no soportaba la idea, no quería
separarse de ella ni un solo instante y realizó los arreglos necesarios
para acompañarla todo el tiempo.
Los esfuerzos no
fueron suficientes, el destino de Billie ya había sido decidido y un par
de semanas después de haberse instalado en el hospital murió mientras
dormía. Jimmy fue el primero en enterarse al visitarla como lo hacía
cada mañana después de despertar. Unas lágrimas redondas habían formado
un río en su rostro ya marcado por los años, trataba de limpiárselas con
el puño de su camisa pero solo lograba arrastrarlas hacia el cabello
blanco que cubría su cabeza.
Luego de varios
minutos, gritos, lágrimas y dolor, dos enfermeros sostuvieron a Jimmy
para poder colocarle un sedante, sólo así se le pudo separar del cuerpo
de su amada esposa.
Después del funeral y
el entierro de Billie, los familiares de la pareja le pidieron a Jimmy
que organizara las cosas de su mujer para poder llevarlas a un asilo. Él
quería conservar todo para sentir que ella seguía ahí pero no era
posible y al revisar las cosas para empaquetarlas y recordar todo lo que
habían vivido, encontró algo increíble.
Detrás de la última
hoja de la chequera, Billie había dejado una nota para el amor de su
vida. Jimmy no creía lo que sus ojos estaban viendo, tomó la chequera,
las manos le temblaban y entonces acercó el papel para leer la nota, su
corazón latía rapidísimo al ver la letra de su mujer como lo había hecho
años atrás. La nota decía lo siguiente:
“Por
favor no llores porque morí. Sonríe porque viví, quiero que sepas que
estoy en un lugar mejor, quiero que sepas que soy feliz y estoy en un
lugar mejor donde algún día nos volveremos a encontrar, te espero ahí”.
Billie sabía que sus
días estaban contados y en lugar de sufrir buscó la manera de poder
cuidar a su marido aún estando en el más allá.
Cuando mostró la
nota al resto de la familia nadie pudo contener las lágrimas, pero a
pesar del sentimiento eso le permitió a Jimmy superar la muerte de su
mujer y disfrutar el tiempo que le quedaba en el mundo, pues la
recompensa que le esperaba era superior a todo, su amor viviría para
siempre.
Después de conocer esta historia ¿Qué estarías dispuesto a hacer por el amor de tu vida? Comparte tu opinión en los comentarios.
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